Entendiendo la construcción de la ciudad como la coexistencia de acciones e identidades superpuestas, la lectura del lugar se propone como una acumulación de estratos y capas históricas que se mezclan, se superponen y se vuelven compatibles.
El uso de cerámica en tonos ocres, como material generalizado en las fachadas, transforma la percepción del edificio y lo acerca a la sensibilidad local y regional.
País